Suele decirse que la primavera, la sangre altera. Desde luego, la llegada del buen tiempo es un incentivo en el devenir cotidiano. A esa mejoría del estado de ánimo ayudan también las fragancias primaverales. Eso es, al menos, lo que señala un estudio de La Botica de los Perfumes, que asegura que estos aromas "impulsan la felicidad y actúan como factor antienvejecimiento".

Por ejemplo, el olor a pino provoca efectos relajantes y positivos en la persona y los cítricos penetran en el sistema nervioso olfativo provocando un efecto placebo allí donde se origina el estrés y la ansiedad.

A su vez, aromas como la vainilla también tienen efectos relajantes y se encuentra presente en muchas de las fragancias de las colecciones primavera-verano.

Según este estudio, un aspecto poco conocido es el efecto antienvejecimiento que algunas fragancias poseen en su composición. Es el caso de esencias como la lavanda o la bergamota, aromas muy asociados a la primavera. Además, para lograr que el efecto del perfume sea refrescante, los perfumes primaverales recurren a notas frutales como la del pomelo, el té de melocotón y las flores blancas o rosas frescas.