La compañía británica Tesco, tercer grupo minorista del mundo, no ha conseguido disuadir a los estadounidenses de hacer la compra en Trader Joe's, Whole Foods Market o Walmart. De ahí que haya decidido abandonar el país, lo que le ha supuesto un descenso de su beneficio neto atribuido del 95,6% respecto del ejercicio anterior, tras asumir cargas extraordinarias por la decisión de dejar de operar en ese mercado.

Tesco inició su actividad en el país con Fresh & Easy en 2007. Sin embargo, la cadena, que cuenta con 199 supermercados y unos 5.000 empleados, nunca ha sido rentable. Ahora, Tesco sueña con una venta completa de la compañía, aunque es probable que la venda por grupos de tiendas.

La salida de EE.UU. se traduce en una provisión de 1.200 millones de libras (1.398 millones de euros). Así, su beneficio neto atribuido ha sido de 124 millones de libras (144 millones de euros) al cierre del ejercicio. Es la primera vez en 20 años que Tesco gana menos que el año precedente.

El grupo, que el año pasado completó su salida de Japón, asumirá además un impacto extraordinario de 804 millones de libras (937 millones de euros) por la depreciación de sus activos inmobiliarios en Gran Bretaña tras el nuevo plan estratégico de la compañía, iniciado hace un año.

"Nuestro plan de construir un mejor Tesco está en curso y estoy satisfecho con los progresos reales alcanzados en Gran Bretaña. Hemos posicionado el negocio en la senda correcta para lograr resultados realistas, sostenibles y atractivos", dijo el consejero delegado de Tesco, Philip Clarke.

Dentro de ese plan destacan la contratación de personal, la reforma de tiendas y la batalla de precios, con que la compañía quiere detener la pérdida de cuota de mercado respecto de Sainsbury's y Asda.