Retailers | El gran consumo se parapeta frente a Montoro y el IVA

Las principales asociaciones del sector se unen frente a una hipotética alza de impuestos al consumo porque "ya no hay más margen".

El gran consumo hace frenta a hipotéticas nuevas subidas de impuestos
El gran consumo hace frenta a hipotéticas nuevas subidas de impuestos

Nueve contra uno, pero ese uno, el Gobierno, pesa lo suyo. Nueve voces y un mismo discurso. Las principales asociaciones de gran consumo han trasladado al Gobierno y a su titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, el mensaje de que el alza de impuestos al consumo amenaza la recuperación económica. Y otro mensaje, éste con nerviosismo: no hay más margen para nuevas subidas.

El Gobierno tiene previsto realizar una reforma fiscal que ha llenado de preocupación a sectores como el agroalimentario (Fiab y cooperativas), la distribución (Anged, Aces, Asedas, Aecoc), la hostelería (Fehr, Fehrcarem) o el comercio (Cec). La posibilidad real de una nueva subida del IVA, así como de otros impuestos especiales (bebidas alcohólicas), ha alertado a un sector que empezaba a ver la luz al final del túnel con los primeros signos de recuperación, tanto macroeconómicos como en el consumidor.

Esa preocupación tiene datos. En septiembre de 2012, el Gobierno decidió elevar el IVA dos puntos hasta el 21%. Esa decisión, según las entidades representativas del gran consumo, produjo una caída del 7% en el consumo.

Además de mostrar su preocupación, estas nueve patronales han mostrado el camino que debería llevar esa reforma fiscal. Se habla de un modelo equitativo, eficaz, que luche contra el fraude, que genere actividad económica y, resultante del incremento de ésta, aumentar así la recaudación para las arcas públicas. En caso contrario, si se opta por subir impuestos, las consecuencias serían graves, tanto como los dos escenarios previstos mostrados a continuación.

En el primero, los productos con IVA superreducido (4%), pasan al reducido (10%), y los del reducido al general (21%). En el segundo, se contempla que se eleven al 21% los productos que tributan al 10%. Las caídas en la producción oscilarían entre los 16.000 y los 23.000 millones, se destruirían entre 155.000 y 174.000 empleos y el Estado dejaría de ingresar entre 2.000 y 3.000 millones de euros por otros impuestos.

 

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