Jaime Sanabria

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Nidits... ¿Nidits?
Nidits... ¿Nidits?

Hace unos meses a través de este mismo medio, escribía sobre Instacart, un modelo de negocio basado en el coworking y el crowdsourcing que suple una necesidad existente en su mercado de actuación. Las noticias que nos llegan son que el negocio no para de crecer y expandirse; el último destino, Nueva York.

Un modelo de negocio que hoy por hoy en España no terminaría de cuajar, debido sin duda a la lenta penetración de internet en los hogares y a otros factores como por ejemplo, el no entendimiento del concepto de colaboración en la distribución alimentaria.

Adelantándose en el tiempo y con paso firme, Javier Cocheteux, ha creado Nidits.

El proyecto, nacido en Octubre del año pasado, comparte algunas similitudes con Instacart. “Cuando se fue desarrollando el proyecto, se optó por no tener un almacén sino por hacer la compra para cada pedido. De esta forma minimizamos costes fijos de empleados, alquileres y stock de productos. En aquellos momentos no sabía de la existencia de Instacart, de hecho, la primera empresa similar que conocí fue PocketShop… pero ya tenía la idea de Nidits definida”.

Es cierto, en Madrid, que es donde el proyecto ha arrancado, es complicado desarrollar un concepto como Instacart ya que su modelo se basan en dar la opción al cliente de hacer la compra en diferentes supermercados con grandes diferencias entre ellos; uno es comida orgánica, otro low cost, otro marcas nacionales, etc. “Aquí en Madrid tienen prácticamente todos los mismos productos pero con una política de precios y promociones feroces”, nos indica Javier.

Usted trabaja durante todo el día y materialmente no le da tiempo de pararse a comprar esas cuatro faltas que tiene… Nidits se lo soluciona y se lo lleva en el mismo día a su oficina, o a dónde esté.

Nidits nace de una necesidad real, de una situación personal del propio fundador: “Cuando estaba en una oficina y tenía largas jornadas de trabajo, siempre había algún día que necesitaba cosas concretas –desodorante, leche, algo para cenar- y cuando terminaba, ya sólo quedaban abiertos los supermercados 24 horas o las tiendas de conveniencia. Al final perdía tiempo, dinero y no llevaba una dieta equilibrada, lo que se convertía en un círculo vicioso que hacía que cada día me sintiera peor y más frustrado. Queremos eliminar esa carga de comprar entre semana y de este modo las personas puedan invertir su tiempo libre en cosas que realmente merecen la pena; un deporte, la familia, los amigos o sencillamente descansar.

Un olvido, un regalo, una cita con amigos en casa… Nidits se enfoca, quizá de momento, en un segmento de mercado muy concreto y definido. Un segmento de mercado que valora las primeras marcas y a su vez la ventaja de tenerlo en el mismo día. Un equipo de personal shoppers, se encarga de hacerle la compra y llevárselo. Así de sencillo.

En este caso, la ecuación precio=valor, nos da como resultado un cliente satisfecho en el que las ansias por el precio desaparecen. El valor de Nidits radica en el servicio que ofrecen.

Servicio que se ve apoyado con la tecnología responsive usada en su web, optimizada para poder descargarse en todo tipo de dispositivo móvil –smartphone, tablet, PCs-, de forma que se pueda acceder a ella desde cualquier lugar y momento del día simplemente con estar conectado a internet. Es por ello que su diseño nos permite una navegación intuitiva y sencilla, ofreciéndonos

propuestas, a modo de cross-selling, con selecciones de surtido como “momentos”; “momentos me cuido”o “momentos noche de futbol”sin olvidar, por supuesto, las ofertas del día.

Se presentan como una solución para mejorar la calidad de vida al trabajador, por eso ya en muchas empresas se ha incluido Nidits en su plan de incentivos, ofreciendo descuentos y ventajas a los que se suman a la iniciativa.

Por petición de sus clientes, con los que, gracias a su modelo de negocio, mantiene un continuo feedback, ya han anunciado un aumento considerable de su surtido y, la inclusión de frescos para las próximas fechas.

Pues la idea funciona, y como ven, va a más. Sí, no solo funcionan aquellas empresas que de oídas conocemos y que están normalmente fuera de nuestras fronteras. Aquí en España también tenemos personas con esa chispa necesaria para decir: “esto lo hago yo”.

¿Estaremos ante un nuevo caso de estudio para las escuelas de negocio internacionales?

Lo que está claro es que el que da primero, da dos veces, y que el sentido común, es común en todos los lugares del mundo.

 

 

Jaime Sanabria

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